Cuándo pasar al bebé del capazo a la silla de paseo
Pasan de estar todo el día tumbados en la cuna o en el cochecito a permanecer sentados, para más tarde incorporarse y luego empezar a andar. Los pequeños aprenden cada día y observar esa progresión en sus habilidades motrices es de lo más emocionante para los padres.
E igual que los pequeños van creciendo, también la forma en que los transportas debe ir adaptándose a sus necesidades y nuevas aptitudes. Así, los bebés recién nacidos suelen ir en el capazo o grupo 0+ del cochecito, pero llega un momento en el que es necesario hacer el cambio a la silla de paseo.
La silla de paseo y sus ventajas
Desde sus primeros paseos, el bebé ha ido siempre tumbado, muy arropado y con poca visión de lo que pasa a su alrededor, por lo que acostumbra a pasar la mayor parte del tiempo dormido. Pero pasados los primeros meses de vida, cuando el bebé ya es capaz de sostener la cabeza y mantenerse sentado, empieza a tener curiosidad por lo que sucede fuera. Es entonces cuando llega el momento del cambio.
Pasar del capazo a la silla de paseo puede ser muy gratificante para el bebé y, consecuentemente, para toda la familia. Ir sentado en la silla de paseo permite:
- Más capacidad de movimiento al bebé.
- Mayor campo visual: cuando está estirado, el pequeño solo ve el cielo, los árboles y a sus padres, mientras que al ir sentado puede observar todo lo que pasa a su alrededor (coches, motos, otros cochecitos, perros…)
- Más estímulos: si la silla de paseo mira hacia ti, es casi inevitable hablar con el pequeño e ir explicándole qué es cada cosa que ve, de dónde viene los ruidos… Con ello, estás trabajando su capacidad de atención/concentración y a su vez el pequeño empieza a oír/almacenar palabras que más adelante le ayudarán a expresarse.
En definitiva, pasar del capazo a la silla de paseo es descubrir al pequeño una enorme ventana al mundo. Se potencia el desarrollo del bebé (que explora, aprende, de su entorno) y al mismo tiempo aumenta su grado de entretenimiento (por lo que es probable que, una vez sentados, los pequeños disfruten de paseos más largos).
Está claro, pues, que la novedad de la silla de paseo es prometedora para ti y el bebé, pero recuerda que es importante no precipitarse: sentarlo antes de tiempo podría dañar la espalda y el cuello del pequeño.
¿Cuándo puedo sentar el bebé en la silla de paseo?
A partir de los 4 meses, a los 6 meses… Al contrario de lo que mucha gente piensa, el momento de cambiar del capazo a la silla de paseo no depende de la edad del pequeño sino que es más bien una cuestión de desarrollo y, por lo tanto, dependerá de cada bebé.
No obstante, sí que te apuntamos algunas pistas para saber si tu bebé está preparado para estrenar la silla de paseo:
- Si sostiene perfectamente la cabeza por sí solo.
- Si se mantiene sentado (en el suelo, en la hamaca, en la trona…).
- Si siente curiosidad e intenta asomarse a través del capazo.
- Si el capazo se le ha quedado pequeño.
- Si se queja al ir tumbado y pide que lo cojas en brazos.
Es aconsejable hacer el cambio del capazo a la silla de paseo de forma progresiva. Aprovechando que la mayoría de respaldos de las sillas de paseo son reclinables, puedes empezar los primeros paseos con el bebé más tumbado e ir cambiando la inclinación poco a poco hasta que quede sentado. Y no te preocupes, la expresión del bebé te hará saber en cada momento si está suficientemente cómodo 😉
Y si todavía no tienes tu silla de paseo recuerda que en otro post te explicamos cómo descubrir la silla de paseo ideal para tu familia.
¿Y si opto por un portabebés (G.0+) en lugar de capazo?
El cuco, portabebés o ‘huevito’ hacen referencia a los sistemas de retención infantil homologads para bebés de hasta 13 kg (grupo 0+). Pero, dada su versatilidad y la posibilidad de disponer de dos elementos de paseo en uno, muchas familias lo utilizan también a modo de cuco acoplado a la silla de paseo.
Esta opción puede resultar más práctica que el capazo, ya que es más ligero y manejable, y permite meter y sacar al bebé del el coche fácilmente, sin despertarlo ni que coja frío. Además, hoy en día existen modelos que cuentan con diferentes posiciones de reclinado que permiten que el bebé viaje totalmente estirado.
Si habéis decidido comprar un portabebés G.0+ en lugar de capazo, es posible que podáis alargar más su uso antes de pasar a la silla de paseo, ya que el bebé puede ir más incorporado y cuenta con un campo de visión más amplio. Pero, como siempre, todo dependerá del desarrollo del bebé y sus ganas de ver el mundo.